Boundless Report: Ushering in a Post-Textbook World. [e-Book] Boundless.com, 2014
El informe destaca la transición de los estudiantes universitarios desde los tradicionales recursos a los recursos digitales de aprendizaje. Para ello se encuestó a casi 650 estudiantes universitarios acerca de cómo estudian, el alto costo de los libros de texto, y exactamente cómo perciben la transición a las alternativas digitales. Los datos sugieren que las alternativas de aprendizaje digital se están convirtiendo en un recurso popular, que incluso en algunos aspectos supera al uso de los recursos tradicionales. Estas tendencias nos llevan más cerca de un mundo post-libro de texto, donde los materiales de referencia físicos dan paso a los recursos digitales que ofrecen una mejor educación con un mayor acceso.
La educación superior se define tradicionalmente por las herramientas que sus estudiantes y profesores utilizan para dominar los temas. Los estudiantes están encontrando y seleccionando alternativas digitales a los libros de texto tradicionales que les ayuden a aprender mejor, con mejores prestaciones y con un coste menor. Este movimiento eventualmente conducirá a un mundo post-libro de texto, donde los materiales de referencia físicos dan paso a los recursos digitales que ofrecen unas mejores posibilidades de enseñanza con un mayor acceso. Para ello se encuestó a 650 estudiantes universitarios y se les preguntó acerca de cómo estudian, el costo de los libros de texto, y exactamente cómo perciben de la transición a las alternativas digitales.
Actualmente, el 92% de los estudiantes prefieren la investigación a base de datos en línea en comparación con el material impreso. El 61% de los estudiantes prefieren estudiar a través de cuestionarios digitales que hacerlo a través de un cuestionario escrito a mano a partir de sus notas. Considerando esto: muchos estudiantes ni siquiera pueden tomar notas escritas a mano. Una fracción de cerca del 50% frente a otros 50% dividen su opinión cuando se le preguntó acerca de la preferencia entre el modo digital y escrito a mano o tradicional para los siguientes recursos: tarjetas, notas y libros de texto. Al considerar que los recursos digitales llevan en el mercado un tiempo relativamente corto, la reducción de las diferencias entre los recursos digitales y manuscritos muestra un claro impulso hacia el cambio a favor de los recursos digitales.
Los estudiantes se sienten atraídos por los recursos digitales por dos “muy valiosos” activos: su naturaleza de bajo costo (80%) y la portabilidad (74%).También el 82% de los estudiantes dicen que el contenido interactivo es un activo valioso de los recursos digitales frente a a los recursos impresos.
Era interesante conocer cómo los estudiantes se adaptan a los sitemas inalámbricos, y como se conectan al mundo que les rodea. Aunque los resultados sugieren que los lugares de estudio tradicionales han cambiado poco, un abrumador 54% de los estudiantes informa que estudian con mayor frecuencia en sus dormitorios o apartamentos, en segundo lugar el sitio preferido son las bibliotecas un 33%. y el 13% estudia en cafés, restaurantes o espacios comunes en el campus.
A pesar de la insistencia de los estudiantes en el uso de la habitación o apartamento para el estudio, la televisión no es su principal distracción. El 40% de los estudiantes informa que su principal distracción son las redes sociales o los mensajes de texto, seguido de amigos o parejas en un 27%. la televisión sólo ocupa el 14% de las veces, por delante de videojuegos, compras en línea, y deportes. Lo que está claro a partir de estos datos es que aunque los estudiantes siguen ocupando espacios físicos tradicionales, los hábitos respecto a los medios de comunicación están cambiando. Los estudiantes ya no son cautivados por los medios de comunicación, sino de medios más personales donde los estudiantes tienen una actitud activa como son los medios de comunicación social.
Los presupuestos bajos empujan a los estudiantes hacia alternativas digitales. El 59% de los estudiantes dice que utiliza parte de su presupuesto semestral en la compra de libros de texto. Cuando se les preguntó que si pudieran ahorrar 150$ por semestre en libros de texto, a que destinarían este dinero, las tres principales partidas presupuestarias en las que estos fondos irían a: matrícula (40%), el transporte (38%) y material escolar (31%). Claramente, los estudiantes tratan de ahorrar dinero para mantenerse al día con los gastos de manutención. Este comportamiento aumenta la probabilidad de que se busquen alternativas digitales a los recursos tradicionales, como los libros de texto.
En su gran mayoría, los estudiantes están abiertos a la adopción de alternativas digitales a los recursos tradicionales, ya que aportan valor en el precio, el contenido y la portabilidad. Estas son todas las áreas donde los editores de libros de texto tradicionales han dejado de innovar.
Estos hallazgos sugieren que los estudiantes ya se han adaptado a las barreras de costos y acceso con comportamientos no aceptados por el mercado de los libros de texto tradicionales. Y que actualmente nos encontramos nuevas tendencias en la educación, donde la innovación digital definirá la forma en que los estudiantes buscan, trabajan, aprenden, y interactúan en un mundo post-libro de texto.
Boundless Learning se inaguró en 2011, se trata de una empresa con sede en Boston (EE.UU.) que ha empezado a ofrecer libros de texto electrónicos gratuitos que cubren asignaturas universitarias como historia americana, anatomía y fisiología, economía y psicología.
Lo controvertido es cómo crea Boundless estos textos. La empresa busca material público en sitios como Wikipedia y luego elabora libros en línea cuyos capítulos siguen fielmente los de los textos universitarios más vendidos. Varias editoriales grandes denunciaron a Boundless, acusando a la start-up de tener “el robo como modelo de negocio”. En su denuncia, las editoriales Cengage Learning, Pearson Education y MacMillan Higher Education acusan a Boundless de violación de los derechos de autor, publicidad engañosa y competencia desleal. la empresa niega todas las acusaciones. Afirma que su empresa solo usa información pública y ni siquiera fabrica o vende libros de textos. “No nos consideramos una empresa de libros electrónicos, ni de libros de texto en línea, ni siquiera de libros de texto 2.0”, sostiene. “Nuestra idea es cómo crear la próxima generación de plataformas de contenido, lo que va mucho más allá de un libro de texto”.
En la actualidad las editoriales funcionan usando un modelo “cartel”: a los estudiantes se les exige que compren textos específicos por un precio elevado. Pero el aumento del precio de los libros de texto ha triplicado al de la inflación desde la década de 1980.
De media, los estudiantes universitarios se gastan unos 1.200 dólares al año (unos 935 euros) en libros y material escolar. Ese gasto, que a veces superan el coste de la propia enseñanza en las universidades comunitarias, está provocando un malestar generalizado en contra de las editoriales. Hace un año los legisladores del estado de California aprobaron una ley ordenando al estado a producir versiones gratuitas de los textos usados en los 50 cursos universitarios más populares del estado.
Vía: universoabierto.com
0 comentarios:
Publicar un comentario